domingo, 21 de abril de 2013

Felicidades, princesas

Soy un aficionado más del Voleibol Arroyo. Jamás he ido a ver uno de sus partidos, jamás he disfrutado de ese ambiente maravilloso que aseguran se vive en ese pabellón, jamás he coincidido en persona con Adolfo Gómez. Sí lo he hecho con algunas de sus jugadoras que, probablemente, no lo sepan. Las he visto en el municipal de Arroyo de la Luz viendo al "Arroyito", en el Serrano Macayo animando al AlQazares y, probablemente, en algún lugar más. Hemos coincidido pero jamás hemos hablado, ni tan siquiera nos hemos saludo. Quizá sea ese miedo o esa vergüenza radiofónica de "y qué sabrán o que les importará a ellas quién soy yo".

No nos conocemos, no he ido jamás a ver un partido suyo pero me declaro aficionado del Voleibol Arroyo (tan aficionado del Arroyo como de tantos y tantos otros equipos, deportistas y deportes de la región con los que vive una similar relación de desconocimiento). Soy aficionado desde hace años. Es imposible no serlo. Esta profesión nos trae momentos mágicos y nos contagia la felicidad y la desilusión, los sueños y las decepciones, las alegrías y las penas... Y a mí me es imposible mantenerme ajeno. No quiero mantenerme ajeno. Creo que esta afición, esta admiración, me enriquece más que perjudica. No pienso que afecte a mi objetividad, sí beneficia a mi pluralidad y a la posibilidad de empatizar más para poder transmitir mejor. Al fin y al cabo, mi objetivo es comunicar la verdad y esos sentimientos son parte de la verdad.

Soy aficionado del Arroyo desde hace aproximadamente 6 años. Antes, desconocía todo aquello que tuviera que ver con el mundo del volei. Ese deporte de "niñas" que nos enseñaron en el colegio, ese deporte al que un día nos asomamos por un tal Rafa Pascual, ese deporte olvidado por los grandes diarios, por los grandes medios, ese deporte que a penas conquista mundiales y que, si lo hace, si lo hiciera, no conquistaría portadas porque siempre valdrá más la imagen del último peinado de la estrella de fútbol de moda, ese deporte de balonvolea desconocido para mí hace 6 años fue calando poco a poco en mis entrañas.

No he ido nunca ver un partido del Arroyo, pero me he ido sabiendo poco a poco lo que significa para aquellos que cada sábado van a ver al equipo de "Nuestra Señora de la Luz". Tan es así que hace unos meses me sorprendí cenando y mirando la pantalla de mi ordenador, actualizando cada segundo para saber si se llegaba o no a la final de la Copa Princesa. No era ese su momento. Su momento ha llegado hoy. Después de tantos años, después de los últimos 6 años.

A veces tengo la sensación de que vamos de la mano, de que nacimos juntos. Los dos tenemos un antes, pero quizá nuestro hoy tiene más en común de lo que pensamos. Hay secretos que mejor no contar, pero hay historias que no se pueden callar. Cuando estos locos del Voleibol Arroyo pensaron que ese pabellón repleto merecía mejores ligas, yo daba mis primeras voces en Canal Extremadura Radio. Y martes sí, martes también, llamaba a Adolfo Gómez, con el que jamás he coincidido, para que me contará como eran sus partidos, esos que nunca he ido a ver, esos que probablemente jamás me acerque a disfrutar.

Hoy recuerdo con especial anhelo aquellas llamadas. Hoy recuerdo con especial añoranza las primeras veces de la capitana en nuestra radio. Esa joven Yohana que hoy lidera a un equipo de Superliga. Hoy soy más del Arroyo que nunca, aunque no los conozca, aunque no los haya visto nunca, aunque -probablemente por vergüenza- jamás haya saludado ni jamás vaya a saludar. Hoy quiero felicitar a ese equipo que siempre nos ha tratado tan bien, que siempre nos ha atendido con una sonrisa, que siempre ha compartido con nosotros sus éxitos, también sus pequeños fracasos, que nos ha mostrado sin pudor sus lágrimas, ayer de tristeza, esta mañana de alegría. Sin esa generosidad, sería imposible hacer radio.

Gracias y felicidades. Seguiré animando desde la distancia.

martes, 2 de abril de 2013

2 en 1

Esto de las vacaciones hace que empecemos abril con oferta. 2x1. La primera línea del mes y la última de marzo. Vienen juntas pero no revueltas. Así, de paso, recordáis que pasó hace 7 días.







¿Quiénes somos?

Si estás aquí, supongo que ya me conoces. Si no, descubreme a través de mis letras. Coge tu linterna, mágica por supuesto, y busca en este oscuro cajón tu cuchillo de palo. Soy lector selecto, es decir, leo poco, por lo que no intentes encontrar un lugar repleto de literatura. No intentes encontrar tamcpoco un lugar repleto de bellos versos o relatos hondos, pues casi no escribo. Trata de divertirte en este desorden, en esta atalaya desde la que divisaremos nuestra realidad.